Si pudiera cambiarlos de Varios autores
En la misma cama donde había yacido, ella dejó la ropa que aún estaba impregnada del perfume que exhalaba y recordaba a quien acababa de estar allí. Chunagon se cubrió hasta la cabeza y, espontáneamente, rompió a llorar a más no poder. De haber sido un sueño, la sensación inquietante que le había producido habría seguido consigo al despertarse.
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