Los límites de la interpretación de Umberto Eco
Que los seres humanos piensen basándose sobre juicios de identidad y semejanza es indiscutible. Lo hacemos porque cada uno de nosotros hemos introyectado un principio indiscutible, ya ilustrado por varios semiólogos y filósofos del lenguaje: desde un determinado punto de vista cualquier cosa tiene relaciones de analogía, continuidad y semejanza con cualquier otra. Estoy pensando en la hermenéutica gadameriana o en la estética de la recepción de Jauss, donde se reconoce, y justamente, que en la lectura del texto hacemos confluir el depósito de interpretaciones previas que la tradición nos ha dejado.
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