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El jardín de rosas de Tracy Rees
El dinero es importante, obviamente (...) sin embargo, el dinero por sí solo no hará avanzar mis planes. Es la esperanza, señor Harper, lo que esta gente necesita.
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Amy Snow de Tracy Rees
(...) En algún momento tendré la necesidad de desprenderme de Aurelia y forjar mi propia vida, lo se (...) No obstante la posibilidad de tener libertad me asusta ¿Qué voy a hacer con ella? (...)"¿Quién soy? Me gustaría saber quiénes eran mis padres (...) Y, en mi anhelo, una parte de mí comprende que saber todo eso no me dará lo que necesito. Aurelia lo sabía todo sobre su ascendencia y se pasó la vida resistiéndose a ella porque juró que su familia no la definiría."
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El jardín de rosas de Tracy Rees
Quizá los hombres, como las mujeres, tengan ritmos y mareas. Tal vez las personas no están destinadas a ser siempre uniformes, sino a llegar a la cima y a hundirse como la naturaleza.
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Amy Snow de Tracy Rees
A menos que cree una identidad totalmente nueva para mí, siempre habrá alguien que me mire así. Pero ¿qué tipo de vida sería esa? Vivir una mentira y mirar siempre por encima del hombro con el temor a encontrarme con alguien del pasado que pudiera echarlo todo a perder en unos segundos. No. Nunca elegiría eso. Mejor es que encuentre algún modo de reconciliarme con quien soy, pues no puedo ser otra persona. |
El jardín de rosas de Tracy Rees
Quizá los hombres , como las mujeres, tengan ritmos y mareas. Tal vez las personas no están destinadas a ser siempre uniformes, sino a llegar a la cima y hundirse como la propia naturaleza , iguales.
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El jardín de rosas de Tracy Rees
Mabs sabía cómo era el infierno: no era fuego rojo y abrasador, sino verde grisáceo, vacío y tenebroso, con enormes barcazas gimiendo bajo el peso de una carga insoportable y con poderosos caballos forzando sus músculos para tirar de ellas; incluso algún que otro cadáver pálido flotando en el agua espesa e indiferente
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Amy Snow de Tracy Rees
Pero si la vida nos plantea retos que se salen del patrón, ¿Qué podemos hacer? Me da risa que las mujeres tengan tan pocas alternativas, y encima se les castigue por echar mano de lo que tienen. Me da risa que se injurie a las mujeres por usar el único poder que poseen de un modo que las beneficie. Me da risa que estemos condenadas a una vida de vituperios por alejarnos de la paradoja retorcida en la que nos convierte la naturaleza y la práctica. Muchas cosas me hacen reír, Amy, y ninguna de ellas es divertida.
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Amy Snow de Tracy Rees
No me aplastan la pena y el invierno, aunque los dos son recuerdos recientes y ambos regresarán.
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Amy Snow de Tracy Rees
Deseaba recoger todas sus palabras entre los brazos, acunarlas y conservarlas para siempre; estaba hambrienta de ellas.
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Amy Snow de Tracy Rees
Mejor que encuentre algún modo de reconciliarme con quien soy, pues no puedo ser otra persona.
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Amy Snow de Tracy Rees
“No podemos aferrarnos a las cosas. El tiempo es como un río . Nos lleva adelante, y, muy a menudo, más rápido de lo que nos gustaría.” |
Amy Snow de Tracy Rees
Me arden las mejillas. ¿Así será el matrimonio? ¿Alguien sonsacándote cada pensamiento cuando estás acostumbrada a guardártelos para ti y a resolver los problemas a tu manera?
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Amy Snow de Tracy Rees
Es tan aburrido como el resto de los hombres, pero es guapo y rico, así que la gente tarda más en darse cuenta.
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Amy Snow de Tracy Rees
No puedo soportar esos vestidos horrorosamente recatados de hoy en día, diseñados para cubrirnos como si nunca tuviéramos un pensamiento lujurioso, como si no tuviéramos un pecho o un hombro o un codo. ¡Somos mujeres, no naranjas!
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Amy Snow de Tracy Rees
Esa noche lloré hasta quedarme dormida por tercera vez en mi vida. La primera fue cuando comí muchos dulces de fresa y acabé con un dolor de barriga tremendo. La segunda fue por las penurias de Oliver Twist.
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El jardín de rosas de Tracy Rees
Creo que algunas personas nacen en el rincón del mundo que les corresponde y su mayor felicidad consiste en conocerlo y quedarse en él
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El jardín de rosas de Tracy Rees
Un exceso de aprendizaje en las mujeres puede causar una calentura leve en el cerebro, ya sabes
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El jardín de rosas de Tracy Rees
Mabs comparaba Hampstead con un jardín de rosas, para ellas todas las mujeres maravillosas que había conocido aquí, eran rosas, que florecían obstinadamente sin importar lo que la vida les deparara. Incluso ella misma podía ser en su fantasía una flor más
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La edad de la inocencia