![]() |
|
Calificación promedio: 5 (sobre 34 calificaciones)
/![]() |
|
![]() |
Amy Snow de Tracy Rees
(...) En algún momento tendré la necesidad de desprenderme de Aurelia y forjar mi propia vida, lo se (...) No obstante la posibilidad de tener libertad me asusta ¿Qué voy a hacer con ella? (...)"¿Quién soy? Me gustaría saber quiénes eran mis padres (...) Y, en mi anhelo, una parte de mí comprende que saber todo eso no me dará lo que necesito. Aurelia lo sabía todo sobre su ascendencia y se pasó la vida resistiéndose a ella porque juró que su familia no la definiría."
|
![]() |
El jardín de rosas de Tracy Rees
El dinero es importante, obviamente (...) sin embargo, el dinero por sí solo no hará avanzar mis planes. Es la esperanza, señor Harper, lo que esta gente necesita.
|
![]() |
El jardín de rosas de Tracy Rees
Quizá los hombres, como las mujeres, tengan ritmos y mareas. Tal vez las personas no están destinadas a ser siempre uniformes, sino a llegar a la cima y a hundirse como la naturaleza.
|
![]() |
Amy Snow de Tracy Rees
A menos que cree una identidad totalmente nueva para mí, siempre habrá alguien que me mire así. Pero ¿qué tipo de vida sería esa? Vivir una mentira y mirar siempre por encima del hombro con el temor a encontrarme con alguien del pasado que pudiera echarlo todo a perder en unos segundos. No. Nunca elegiría eso. Mejor es que encuentre algún modo de reconciliarme con quien soy, pues no puedo ser otra persona. |
![]() |
|
![]() |
Amy Snow de Tracy Rees
Pero si la vida nos plantea retos que se salen del patrón, ¿Qué podemos hacer? Me da risa que las mujeres tengan tan pocas alternativas, y encima se les castigue por echar mano de lo que tienen. Me da risa que se injurie a las mujeres por usar el único poder que poseen de un modo que las beneficie. Me da risa que estemos condenadas a una vida de vituperios por alejarnos de la paradoja retorcida en la que nos convierte la naturaleza y la práctica. Muchas cosas me hacen reír, Amy, y ninguna de ellas es divertida.
|
![]() |
El jardín de rosas de Tracy Rees
Mabs sabía cómo era el infierno: no era fuego rojo y abrasador, sino verde grisáceo, vacío y tenebroso, con enormes barcazas gimiendo bajo el peso de una carga insoportable y con poderosos caballos forzando sus músculos para tirar de ellas; incluso algún que otro cadáver pálido flotando en el agua espesa e indiferente
|
![]() |
Amy Snow de Tracy Rees
Ahora me siento más cómoda y segura a la hora de relacionarme con los demás. Converso fácilmente y no he quedado en vergüenza ni una sola vez. Pero a veces no puedo evitar buscar la aceptación en los demás y desconfiar de los gestos de cortesía. ¿Se equivocan? ¿Deberían de tratarme mal? Y si no es así, ¿por qué los Vennaway eran tan distintos? Todos estos años, ¿por qué? La pregunta me persigue. No obstante, la mayor parte del tiempo soy feliz. Al fin, este es mi sueño hecho realidad: una familia, júbilo, un hogar, dicha. Ya sé que no es mi familia, ni tampoco mi casa, pero me gusta pensar que, al experimentar esta sensación aquí, estoy creando la posibilidad de que se haga realidad en el futuro, en otro lugar. Cuando haya terminado la misión que Aurelia me encomendó, recordaré estos días y tal vez cree mi propio Mulberry Lodge con mi gente. |
![]() |
Amy Snow de Tracy Rees
"Aurelia, sin embargo, había leído demasiado y vivido muy poco (...) Cualquier ensoñación, por loca que fuera, parecía posible. Quería una vida de viajes e intrigas, romances que ella eligiera (estaba convencida de que serían muchos) y usar su fortuna y privilegios para obras filantrópicas (...) Deseaba que su nombre apareciera en los libros de historia, daba igual que ningún libro de historia que hubíesemos leído reconociera las opiniones de las mujeres." "Yo no quería estar siempre en la carretera, como tanto deseaba Aurelia (...) Yo quería una casa , pero no una como Hatville con sus barras de acero de tradición y orgullo. (...) Pero la belleza de los sueños imposibles radica en que son imposibles, el cómo y el cuándo no importa (...) Anhelaba paz, pertenecer a un lugar, amor. |
Calamar Gigante