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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
Era curioso: cuando cuentas tu historia a otros se acerca más a la ficción y se aleja de la verdad. Se le añade un componente de actuación, de representación, lo que hace que te distancies todavía un poco más.
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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
—Algunas viejas costumbres siguen con nosotros para siempre, vayamos donde vayamos —dijo Isabelle—. Son parte de nosotros. Nada las puede reemplazar por completo.
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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
No había pensamiento, sólo dos cuerpos que se reconocían, que se completaban.
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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
Nunca pensé que no fuese feliz con Rick, pero ahora siento que hay algo que no… Como si fuésemos un rompecabezas con todas las piezas en su sitio, pero la escena no es la que aparecía en la caja
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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
Sonreía tan pocas veces que verlo era como recibir un regalo.
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El azul de la virgen de Tracy Chevalier
Me han dicho que cuentan chismes sobre nosotros. Yo debería haber tenido más cuidado. Por lo que a mí respecta, no me importa, pero usted es mujer y siempre es peor para las mujeres.
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El chico nuevo de Tracy Chevalier
Quítate los guantes, Diane. no necesita un trato especial sólo porque es un n-... chico nuevo.
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Ángeles fugaces de Tracy Chevalier
He pasado mi vida esperando que algo sucediera , dijo. Y he llegado a entender que nada sucederá. O ya lo ha hecho, y parpadeé durante ese momento y se ha ido. No sé qué es peor - haber perdido o saber que no hay nada que perder
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
Se preguntó si Arthur se sentía incómodo alguna vez paseando solo. Sospechaba que no. Los hombres se paseaban por el mundo como si les perteneciera.
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
Tom se le había adelantado sin hacer ruido, aunque nunca presumía ni se disculpaba por ello. Ni falta que hacía: él era un hombre y se esperaba que tuviera éxito.
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La joven de la perla de Tracy Chevalier
Caminé hacia el centro de la plaza. Allí había unas piedras colocadas en forma de estrella de ocho puntas dentro de un círculo. Cada punta señalaba hacia una parte distinta de Delft. Yo la consideraba el centro mismo de la ciudad y de mi vida.
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
(…) como era habitual en este tipo de situaciones, las casadas hablaban más que las solteras, asumiendo una autoridad natural y un lugar superior en la jerarquía de mujeres que nadie cuestionaba. (…)
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
(…) «La incertidumbre de una solterona –pensó–. Siempre está ahí, subrayando todo lo que hacemos».
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
(…) no era sencillo encontrar marido, porque había dos millones menos de hombres que de mujeres. Violet había leído muchos artículos en los periódicos sobre estas «mujeres sobrantes» –esa era la etiqueta que les habían puesto–, que se quedaban solteras debido a la guerra y que difícilmente se casarían, algo que se consideraba una tragedia, una amenaza, en una sociedad preparada para el matrimonio. Los periodistas parecían disfrutar de la etiqueta, que colgaban como quien clava un broche con un alfiler en la piel. Molestaba, sin duda; pero, en ocasiones, el alfiler penetraba en las capas protectoras y hacía que sangrara. Ella había supuesto que a medida que envejeciera dolería menos y se sorprendía al descubrir que incluso con treinta y ocho años –de mediana edad– las etiquetas seguían doliendo. Sin embargo, la habían llamado cosas peores: marimacho, arpía, odia-hombres.
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
—Sí, sí —respondió el señor Waterman con impaciencia—. Usted siempre piensa en el dinero ¿no, señorita Speedwell? Al oírlo, Violet estuvo a punto de perder los estribos, pero no quería desaprovechar una oportunidad que ese le presentaba a una bordadora que necesitase ganar dinero. Y ella sabía quién lo necesitaba. —No es fácil vivir como una mujer independiente —le contestó con toda la dulzura que fue capaz—. Me temo que el dinero es lo más importante cuando se tiene muy poco. |
Tracy Chevalier
Había tantas personas que escondían historias: un marido que se había ido, un bebé sorpresa al que se hacía pasar por hermano o hermana, una pasión equivocada, una mujer perdida. (...) Cómo navegar por la vida cargando con ese equipaje sin que te vuelvas una persona triste, amargada o sentenciosa, ese era el reto.
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Tracy Chevalier
Pero a las mujeres nos han preparado para eso: para darnos a los demás, para hacerles la vida fácil, sin importar lo que nosotras sintamos. Ser siempre tan generosa puede convertirse en una tarea agotadora e ingrata.
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Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier
Era lo más cerca que Violet estaría nunca de presumir de un hijo propio, y la situación la hizo sentirse bien, aunque también le pareció patética.
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¿Con qué frase empieza esta novela?