El expreso del sol de Tomás González
El vértigo pasó pronto. Ingrávida de repente, se posó como pluma de torcaza, como copo de algodón, como semilla de balso, como pompa de jabón sobre un lecho de barro sedoso y en su vida apareció esta playa, donde no hay ruido ni hay gente ni hay nada, ni siquiera ella.
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