Tim Ingold se aleja de la teorización académica post-androcéntrica y posthumanista para pasar a la acción, pues el autor argumenta que, en toda construcción teórica, irremediablemente y a pesar de las buenas intenciones, el ser humano sigue estando en el centro de toda consideración. En Correspondencias, Ingold presenta el planeta como protagonista, como un todo interrelacionado, sin fisuras ni fronteras. Y, como ya demostró en obras precedentes como Líneas, sus amplios conocimientos sobre múltiples disciplinas le permiten tejer esta oda a la naturaleza a través del arte, las leyes de la física o episodios de la historia de la humanidad, entre muchas otras referencias.
La lectura de estos 27 textos nos traslada inevitablemente a los bosques y océanos con los que dialoga, a los que describe con sublime sensibilidad, con un estilo que recuerda a los paseos de
Henry David Thoreau o
Mark Twain. En cada página transmite el amor visceral que profesa hacia cada uno de los elementos naturales que observa más allá de lo visible, sea una roca, el bosque como sistema o un copo de nieve; sean acciones que compartimos (o no) con nuestros cohabitantes del planeta como la necesidad de buscar refugio o el hecho de volar.
Lee un fragmento de "Correspondencias. Cartas al paisaje, la naturaleza y la tierra" en el Blog de Gedisa:
https://gedisaeditorial.wordpress.com/2022/10/01/correspondencias-tim-ingold-nos-regala-sus-cartas-de-amor-a-la-tierra/