La montaña mágica de Thomas Mann
¿Qué fue para mí la filosofía de Nietzsche sobre el poder y la "bestia rubia"? Casi un motivo de perplejidad. Su glorificación de la "vida" a costa del espíritu, ese lirismo que ha producido consecuencias funestas en el pensamiento alemán, sólo había una posibilidad de que yo me asimilase: tomándolo como ironía. Es cierto que la "bestia rubia" aparece también en mis producciones juveniles; pero está casi íntegramente despojada de su carácter bestial y lo único que resta es el pelo rubio junto con su ausencia de espíritu; yo la hacía objeto de aquella ironía erótica y de aquella afirmación conservadora mediante la cual el espíritu como él sabía muy bien, se comprometía muy poco en el fondo. Es posible que la transformación personal que Nietzsche sufrió en mí significase un aburguesamiento. Pero éste me parecía, y me parece todavía hoy, más profundo y más inteligente que toda la embriaguez estético-heroica que Nietzsche provocó, por lo demás, en el plano literario. Mi experiencia de Nietzsche representó el presupuesto de un periodo de pensamiento conservador que acabó en mí hacia la época de la guerra; pero, en última instancia, me proveyó de la capacidad de resistir a todos los encantos de un romanticismo malo, que pueden brotar, y que todavía hoy surgen en tantos sentidos, de una valoración no-humana de las relaciones entre vida y espíritu.
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