Lo pasado no es un sueño de Theodor Kallifatides
La última gran impresión de mi adolescencia la recibí de Simone de Beauvoir con El segundo sexo. Después de la propaganda masculina de siglos, que ya circulaba por nuestras venas, de pronto apareció aquella hermosa francesa que con una implacable lucidez nos abrió los ojos. Jamás volveríamos a ver a la mujer como antes.
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