La ciudad del agua de Theo Lawrence
Tiene la clase de rostro que te coge por sorpresa. Antes, en la calle, pensaba que era una cosa, guapo de un modo convencional, como la porcelana o los diamantes de colores que mi madre guarda en la cámara de seguridad de la familia. Pero ahora veo que es prácticamente lo contrario, un rostro de facciones demasiado duras para ser bello, demasiado misterioso. Es el tipo de cara que te absorbe, que te hace querer renunciar a todo lo que conoces, a todo lo que eres, solo para captar su atención.
|