El color de la magia de Terry Pratchett
Hummm, titubeó su imaginación al poco rato. No era que el troll resultase aterrador. En vez de la monstruosidad putrefacta y llena de tentáculos que esperaba, Rincewind se encontró mirando a un anciano regordete, pero no particularmente feo, que podría pasar por normal en las calles de la ciudad. Siempre, claro está, que el resto de los transeúntes estuvieran acostumbrados a ver ancianos aparentemente compuestos de agua y muy poca cosa más. Era como si el océano hubiera decidido crear vida sin pasar por todo el tedioso proceso de la evolución, limitándose a formar un bípedo con parte de sí mismo, y enviarlo a chapotear por la playa. El troll era de un agradable color azul transparente. |