El color de la magia de Terry Pratchett
Desde que tenía dos años, le habían cautivado las imágenes de aquellas bestias que aparecían en El Libro Octarino de las Hadas. Su hermana le había dicho que no existían en realidad, y él recordaba la amarga decepción que sufrió. Decidió que, si en el mundo no se encontraban aquellas hermosas criaturas, el mundo no era ni la mitad de bueno de lo que podría ser. Y más tarde, cuando empezó a trabajar como aprendiz con Ninereeds, el Maestro Contable, cuya mentalidad gris era todo lo que no eran los dragones, ya no le quedó tiempo para soñar.
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