“Cuando eres padre, aprendes que el amor a veces produce un terror que jamás habías sentido, y no vuelves a ver el mundo de la misma manera. Y es por eso, precisamente, por lo que no soy capaz de soportar el papel que jugué en la desaparición de Anna.” ~ Te veo de Teresa Driscoll. Las dos jóvenes Anna y su amiga Sarah viajan en tren a Londres. Ella Longfielg las observa y se muestra sorprendida cuando ambas amigas entablan conversación con unos jóvenes que informan que acaban de salir de la cárcel. Ella se pregunta si las jóvenes estarán o no en peligro y si debería o no intervenir... pero lo deja pasar. Un año después Ella sigue arrepentida de no haber intervenido porque aquella noche Anna despareció y aún no hay rastro de la chica. Ella, por su parte, recibe amenazas por no haber actuado y contrata a un detective privado para averiguar quien se las envía. Al mismo tiempo, el caso de Anne vuelve a cobrar protagonismo informativo precisamente por el aniversario. ¿Donde está Anne? ¿Qué pasó aquella noche? Esas son las grandes preguntas que siguen sin respuesta. Trastabillazo final. La primera mitad del libro me tuvo entretenida y cabreada con la autora porque no daba ninguna información. Y no es que no la hubiese; los personajes la tenían pero el lector no. Ha abusado de terminar los capítulos dejándote pendiente y ese recurso no me gusta nada. Sin embargo hasta ese punto el libro no me estaba disgustando; se le podría perdonar. Llegamos a la segunda mitad y seguimos en la misma línea aunque ya comienza a dar información con cuentagotas. Pero el final, ¿en serio?, vamos porque había que terminar el libro de alguna manera pero no se lo cree nadie. Me dieron ganas de lanzar el libro por el aire. Y no lo digo de broma. ¿Motivos? Mil y uno pero el principal es que entiendo porqué no dio información a lo largo de la trama y es que así podía cerrar el círculo como le diese la gana... y eso hizo. + Leer más |