No hay lugar seguro de Tana French
El largo y siseante rugido del mar se aceleró y nos recibió de frente, a modo de bienvenida...o de desafío. A nuestra espalda, aquellos chillidos seguían resonando como martillazos.
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No hay lugar seguro de Tana French
El largo y siseante rugido del mar se aceleró y nos recibió de frente, a modo de bienvenida...o de desafío. A nuestra espalda, aquellos chillidos seguían resonando como martillazos.
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