Londres, Navidad y otros desastres de Tamara Marín
Me pasó el brazo por los hombros y me acercó a él. Cuando mi cuerpo se pegó al suyo agarré su cintura con las manos. Fue como volver a casa después de un largo viaje, cuando no acabas de darte cuenta de lo que la has echado de menos hasta que regresas.
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