Libérame de Tahereh Mafi
Me mira fijamente. Me mira y no hace como si no lo hiciera. No desvía la mirada. No dice nada. Sus ojos viajan de mis ojos a mi boca, concentrándose en mis labios un instante demasiado largo. Después desvía la mirada por un segundo antes de volver a posarla sobre mí. Más profundo. Más intenso. Me duele el corazón. Veo los dolorosos movimientos de su garganta. Cómo sube y baja su pecho. La tensa línea de su quijada y la forma en que está sentado, perfectamente inmóvil. No dice nada, nada en absoluto.
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