La escala de T L Swan
—¿Por qué eres tan cabrona? —Porque eres un capullo egocéntrico. ¡Lárgate, anda! —grito y le tiro una almohada. Pasa por mi lado como una exhalación. —¡Nadie me trata tan mal como tú, Emily! —brama mientras se dirige a la puerta hecho una furia. —¡Pues te lo mereces! —aúllo—. Menos mal que estás forrado, Jameson. Te va a hacer falta. Porque nadie te aguantaría gratis. |