Ariel de Sylvia Plath
Me arrullé hasta cerrarme por dentro como una concha de mar. Tuvieron que llamarme y llamarme y quitarme los gusanos uno a uno como perlas pegajosas. Morir es un arte, como todo. Y yo lo hago excepcionalmente bien. Tan bien, que parece un infierno. Tan bien, que parece real. Supongo que cabría hablar de vocación. |