El infierno de Gabriel de Sylvain Reynard
Eres mi Beatriz. Me perteneces.—Gabriel, no soy tu Beatriz. No soy la Beatriz de nadie. Los delirios tienen que acabar.—Nadie tiene el monopolio de los delirios. Nuestra única esperanza es dedicar el tiempo que necesitamos a descubrir quiénes somos en realidad y decidir luego si es una realidad con la que ambos podamos convivir.
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