Los muchachos de zinc de Svetlana Aleksiévich
Todos debemos pedir perdón a los muchachos que murieron engañados en esa guerra inútil, a sus madres engañadas por las autoridades, a los que regresaron con sus cuerpos y almas mutilados. Tenemos que pedir perdón al pueblo de Afganistán, a sus niños, a sus madres, a sus ancianos, por haber traído tanta desdicha a su tierra...
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