El misterio de Chalk Hill de Susanne Goga
Cuando Tom Ashdown volvió a quedarse a solas con sir Andrew, se dijo que confiaría en la institutriz. Durante la charla y también luego, tomando el té, había notado en ella una gran tensión que intentaba ocultar con celo. Aunque no había hablado mucho, su mirada permitía sospechar que en una charla a solas le podría contar cosas interesantes.
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