Stephenie Meyer

Me besó allí delante de todo el mundo, pero enseguida me olvidé del público. Fue fácil y directo, sin confusión, sin objeción, sin división, avanzando por este cuerpo nuevo, sellando otra vez el trato.

Te tuve en mis brazos, Wanderer. Eras muy bonita.

Deseaba demasiado quedarme, dormir con él y robar otro día.

Yo no me iba a ningún sitio, lo sabía, y aún así me dio un vuelco al corazón cuando pensé en escapar a alguna parte, con Ian.

Yo, el alma llamada Wanderer, te quiero a ti, humano Ian. Y eso no cambiará nunca, no importa en qué me convierta, -busqué cuidadosamente las palabras para no decir ninguna mentira-. No importa que sea un delfín o un oso o una flor; siempre te amaré, siempre te recordaré. Serás mi único compañero.

Ocho vidas completas -susurré contra su mandíbula con la voz rota-. Ocho vidas y nunca encontré a nadie por quien quedarme en un planeta, nadie a quien seguir cuando ellos se hubiesen ido. Nunca encontré un compañero. ¿Por qué ahora? ¿Por qué tú? Tú no eres de mi especie, ¿cómo vas a ser mi compañero?

Empecé a llorar otra vez, dándome cuenta de que esto también lo cambiaría a él, a ese hombre lo suficientemente amable para ser un alma, pero tan fuerte como un humano.

¿Es tan insoportable que te quiera tanto? ¿Es eso? Puedo mantener la boca cerrada, Wanda. No volveré a decir nada más. Puedes quedarte con Jared, si eso es lo que quieres. Quédate con él.

¿Soy yo quien va a hacerle daño?- rugió Ian sobre su hombro, sin detenerse-. ¿Soy yo? ¡Pedazo de cerdo hipócrita!

Será como si le arrebataras el aire que respira. Todo lo que él más quiere.

Los ojos brillantes eran un talismán. Una brújula que no podía fallar, como una estrella polar, indudable.

¿Qué era lo que hacía que el amor humano me pareciera más deseable que el amor de los de mi propia especie? ¿Quizá porque era exclusivo y caprichoso? Las almas ofrecíamos a todos afecto y aceptación. ¿Acaso yo ansiaba un desafío mayor? Este amor era taimado, no ofrecía reglas firmes y claras, se podía recibir gratis, como me había pasado con Jamie, o ser conquistado con el tiempo y el duro esfuerzo, como con Ian, o podía ser completa, desoladoramente inalcanzable, como con Jared.

Necesito que me beses, Ian. Ahora mismo. Por favor.

Eres mi favorita entre todas las personas del universo conocido.

-Sin ti no querría el cuerpo.
-Sin él no me querrías a mí.

No es el rostro, sino sus expresiones. No es la voz, sino lo que dices. No es como te sienta ese cuerpo, sino las cosas que haces con él. Eres tú la que es hermosa.

¿Eso crees? Abre los ojos Wanda. El comienza a...¿Cómo te lo puedo explicar de forma que lo entiendas correctamente? Empieza a sentir por ti... lo que tú sientes por Jared. ¿No te das cuenta?

Creo que le gustas demasiado a Ian.

Te quiero -dijo Jared-. Incluso aunque no estés ahí, incluso aunque no puedas escucharme, te quiero.

El dolor que sentía en el pecho no era ninguna sorpresa. Ya sabía que un era algo más que una mera expresión.