Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Tienes que ir con más cuidado, muchacha. Esta ciudad está llena de monstruos, ladrones y gilipollas. Y esto solo en el ayuntamiento.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Tienes que ir con más cuidado, muchacha. Esta ciudad está llena de monstruos, ladrones y gilipollas. Y esto solo en el ayuntamiento.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Siempre habrá alguien dispuesto a derribarte a golpes. No les hagas el trabajo por anticipado.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
—Nunca he conocido a un hombre rico que rechazara la oportunidad de enriquecerse aún más.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
A la señora P le gusta decir: “Si nunca volvemos atrás y examinamos lo que tenemos en conjunto, puede que no veamos el patrón que existe en medio del caos.” También siente debilidad por el corolario: “Dedica cada instante a roer lo que sabes y es posible que se te escape un nuevo bocado que se te presente en el camino”.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
—Su cuenta bancaria no es nada desdeñable —le dije—. Por lo menos, según los últimos valores en la bolsa en el Journal. Pero si el vil metal no le interesa, también está el hecho de que se trata de un misterio de habitación cerrada como Dios manda. ¡Un misterio de habitación cerrada! ¿Con qué frecuencia ve alguno?
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
La señora P y yo compartimos cierto prejuicio en lo que a la flor y nata se refiere. En mi caso es el habitual resentimiento pueblerino de la clase obrera. En el suyo se debe a que los ricos suelen ser los que menos necesitan su ayuda. Sin embargo, parte de mi trabajo como asistente incluye también dirigirla hacia los esporádicos clientes que pueden extender un cheque de cinco cifras sin que les entre un sudor frío.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Aférrate con fuerza a lo que puedas mientras puedas. No hay un mundo mejor ahí fuera. Nunca lo habrá. A no ser que nosotros lo hagamos.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Era un hijo de puta, pero era un hijo de puta que jamás se cuestionó lo que hacía. Simplemente lo hacía, para bien o para mal.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
—Lo normal y corriente no existe. No en lo que a los seres humanos se refiere. Y no suponga, a no ser que las circunstancias la obliguen a hacerlo.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Los archivos contienen años de recortes de prensa minuciosamente organizados sobre crímenes, hechos destacados y ciudadanos de interés, además de notas, curiosidades, indicios y diversos objetos extraños relacionados con casos que la señora Pentecost ha reunido a lo largo de su carrera.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Muchas veces Lazenby y sus hombres me tratan como a una niñita que juega a ser detective. Más mascota que miembro del equipo. Llevo tres años investigando casos, y la señorita P responde por mí, pero él nunca me deja olvidar que la primera vez que nos vimos yo estaba al otro lado de la mesa.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Las personas no son libros. No las abro y hojeo sus páginas. Más bien, soy yo la que me abro a ellas.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
La señora P frunció el ceño. No le gustaba tener agujeros en la biografía de una víctima. La experiencia le había enseñado que es ahí donde a los asesinos les gusta esconderse.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Su respuesta fue un sorbo largo y lento a su bebida. Ya sé que acabas de conocerla, pero mi jefa, por si no lo habías deducido todavía, es un genio.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Sé todo lo prudente que creas necesario. Pero no niegues quién eres. Siempre habrá alguien dispuesto a derribarte a golpes. No les hagas el trabajo por anticipado.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Una persona obligada a negar quién es puede desmoronarse fácilmente bajo el peso de su infelicidad.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
—No solo no encajas, sino que no temes destacar —comentó Hollis—. Tú y tu jefa, las dos. El clavo que sobresale recibe un martillazo, Will. Lo único que te digo es que tengas cuidado.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
Los muertos desempeñan un papel fundamental en todas las culturas civilizadas, desde las tribus del Amazonas hasta los desiertos de Arabia, pasando por Nueva York. Los veneramos. Hablamos de ellos. Les pedimos consejos. Están presentes en todos los actos de nuestra vida, tanto si somos conscientes de ello como si no. En muchos sentidos, los muertos nos gobiernan.
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Los muertos no mienten de Stephen Spotswood
¿Cómo es posible que esta chica no supiera quién es Lillian Pentecost? La detective más famosa de la ciudad y posiblemente del país. La mujer que dio con el asesino de Earl Rockefeller. La que descubrió la identidad del Carnicero de Brooklyn. A la que la propia Eleanor Roosevelt recurría cuando alguien intentaba apretarle las tuercas.
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Gregorio Samsa es un ...