Joyland de Stephen King
No la amaba de la misma forma que había amado a Wendy- esa clase de amor, tan intenso y absurdo, solo surge una vez-, pero la amaba. Es posible que algún muchacho en algún lugar haya tenido una iniciación mejor en los misterios del sexo, pero ninguno tuvo jamás una más dulce. finalmente, me dormí.
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