El resplandor de Stephen King
Siempre le había parecido una especie de perversión eso de recortar y torturar a un pobre seto para darle la forma de algo que no era. Al costado de una de las carreteras de Vermont recordaba haber visto un seto convertido en una cartelera que, desde una elevación que dominaba el camino, anunciaba cierta marca de helados de crema. Hacer de la Naturaleza, un corredor de helados de crema no estaba mal, simplemente: era grotesco.
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