La balada de nunca jamás de Stephanie Garber
-No sé con seguridad si estás aquí, si esa es la atracción que siento ahora mismo. Pero, si me estás escuchando, ayúdame, Evangelina. -Su voz se suavizó-, al decir su nombre, antes de sonar rota de nuevo-. Encontraré un modo de romper este hechizo que me obliga a cazarte, y te prometo que no haré más que protegerte.
|