Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Protegían su mesa como si fuera un santuario, pues cada vez que aparecían sus numerosos clientes e informadores eran instados amablemente por el personal a hacer alguna consumición, de modo que la mayor parte de su margen de ganancia fluía en realidad hacia la voluminosa cartera de cuero que Deubler, el jefe de camareros, llevaba en torno a las caderas. Por ello Mendel gozaba de múltiples privilegios.
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