Solaris de Stanislaw Lem
-¿Qué te sugirió el concepto de un dios imperfecto? -preguntó de repente, sin apartar la vista del resplandeciente desierto. -No lo sé. Me pareció algo muy, muy acertado, ¿sabes? Es el único dios en el que estaría dispuesto a creer, un dios cuyo martirio no significa redención, que no pretende salvar a nadie, ni está al servicio de nada, sino que simplemente está. |