Memorias de una salvaje de Srta. Bebi
El sistema es el error. El sistema y sus hijos pródigos. A los jóvenes sin futuro cuya única falsa luz a sus oscuridades y problemas es consumir droga para olvidar que los tienen; a los chicos de esos barrios, cuya única salida para poder llegar a lo que se supone, y nos meten en la cabeza, que es la cúspide (tener dinero y ostentar poder) es la venta de droga, que les impele a la criminalidad a baja escala, ¿a esos quién los salva? Nadie. No los salva nadie porque no interesa. El sistema necesita de ellos. Esto es como un juego de ajedrez. Los peones, sean camellos de poca monta o sean adictos, se matan entre ellos - ya sea consumiendo o pugnando por el poder -, y los verdaderos reyes del tablero siguen protegidos y disfrutando. Unos, víctimas y mantenedores del sistema. Otros, productores y jefes de él. Todos los hijos de un sistema que es el verdadero criminal.
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