Alma de luz de Sophie Jordan
—Hola —me saluda, con esa voz aterciopelada que me produce escalofríos. —Hola —le respondo, y señalo los peces—. Buena captura. —Sí. Estoy bastante impresionado conmigo mismo. Siempre había pensado que las pelirrojas eran muy atractivas... —Ja, ja, ja... Me refería a la pesca. —Ah, sí —replica, y levanta la ristra para admirarla antes de dirigirme la vista de nuevo—. ¿Cómo te sientes hoy? |