El quepis y otros relatos de Sidonie-Gabrielle Colette
Pese a estar bien resguardada en mi casa, junto a la estufa crepitante, Marco se me antojaba una mujer expuesta al viento y a la lluvia que azotaba la cristalera. Me parecía estar viendo a Marco despedirse antes de embarcarse como una emigrante, como si a su alrededor viese flotar una capa restallante, un tartán desplegado al viento.
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