Asesino de brujas: Los hijos del Rey de Shelby Mahurin
A veces, cuando te miro, me quedo sin respiración. -Deslicé la mano hasta su cinturón-. Soy incapaz de pensar. Soy incapaz de funcionar hasta que no me devuelves la mirada. Y cuando me regalas esta sonrisa -rocé su hoyuelo con los nudillos-, es como si fuera un secreto entre los dos. No creo que nunca te quiera más que cuando me sonríes.
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