El dios asesinado en el servicio de caballeros de Sergio S. Morán
-Estoy a veinte minutos del hospital-respondí. De su pregunta podía deducir que había hablado con él, y que me esperaba-. Pero tengo un pequeño problema. -¿El cadáver del que me hablaste se te ha escapado? No se rio. No me reí. En otro contexto, con otra gente, hubiese sido una broma divertida. Antón me lo preguntaba en serio, había antecedentes. |