Para ser maestro hay que ser discípulo de Sergio López Ramos
Eso es nuestra ingratitud, nuestra egolatría, somos dioses de porquería que piensan solo en su placer, en sus gustos.
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Para ser maestro hay que ser discípulo de Sergio López Ramos
Eso es nuestra ingratitud, nuestra egolatría, somos dioses de porquería que piensan solo en su placer, en sus gustos.
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