Elisa en el corazón del laberinto de Sébastien Perez
Su mirada, perdida en la lejanía, parecía desesperada. El pintor había encerrado a su modelo bajo múltiples veladuras y zarzas entrecruzadas. Detrás de la muchacha habñia un laberinto vegental, inquitante y sombrío, que se perdía en una bruma infinita. Elisa apenas reconocía en ella a su abuela.
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