La dependienta de Sayaka Murata
En el interior de aquel nítido acuario, la tienda seguía funcionando como un mecanismo automático. Al visualizar aquel escenario, los sonidos de la tienda resurgían dentro de mis tímpanos, me tranquilizaban y me ayudaban a conciliar el sueño. Por la mañana volvía a convertirme en una dependienta, un engranaje de la sociedad. Aquel trabajo era lo único que me permitía ser una persona normal.
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