El secreto de la casa del río de Sarah Lark
-Cien años atrás no se andaban con contemplaciones -observó Gundula-. Sin pensárselo demasiado, el hijo no deseado se dejaba al cuidado de otra persona. Ojos que no ven, corazón que no siente. Entonces nadie comprobaba como le iba al pequeño en la familia de acogida. -Gundula era trabajadora social y conocían bien la historia de la sentencia de niños abandonados.
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