Lo que hay de Sara Torres
La voluntad de un cuerpo histérico es más fuerte que la razón de los hombres. Es temido porque los músculos se tensan, la mirada se endurece, como si pudiera fulminarte. No reconocen que antes has sido paciente, y has llegado a tu límite. El cuerpo de una mujer en estado de «histeria» –decían los textos antes de la revolución feminista– «habla», expresa su malestar a través de síntomas físicos.
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