Acércate de Sara Gran
Esa noche tuve un sueño extraño que recordé con mucha claridad a la mañana siguiente. Un océano rojo estaba bordeado por una orilla de arena de un carmesí más oscuro. En el océano una mujer jugaba entre las olas. Era hermosa y tenía unos ojos grandes y oscuros; su único defecto era una enorme cabeza de pelo negro, apelmazado en sucios bucles. La observé desde la orilla. Salió del mar y el líquido rojo se deslizó por ella como mercurio. Entonces estábamos tumbadas una al lado de la otra sobre la arena. Sus dientes eran afilados como colmillos. Pensé que eran muy bonitos. -Me gustas- me dijo. Extendió la mano y enrolló un mechón de mi pelo entre sus dedos. Me sonrojé y miré hacia la arena roja. -¿Puedo quedarme contigo?- preguntó. Con el dedo índice dibujó sí en la arena carmesí. Al lado ella escribió su nombre: NAMAAH. |