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Enero de Sara Gallardo
Porque los días están amadrinados, llega uno y sabemos el otro viene, y también el otro, y el otro más, y hay que aguantarse (...)
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Calificación promedio: 5 (sobre 28 calificaciones)
/Presentación del libro en el Ateneo La Maliciosa de Madrid del libro "Apuntes para una psiquiatría destructiva" (Piedra Papel Libros, 2021). Con Alfredo Aracil y Sara Gallardo. Enlace al libro: https://traficantes.net/libros/apuntes-para-una-psiquiatr%C3%ADa-destructiva ---------------- El fragmento de una entrada de los diarios de David Wojnarowicz, escrita en el año 1988, dice lo siguiente: «DESCASCARAR EL AISLAMIENTO». Tres palabras que hoy leídas apuntan al corazón inquieto de lo que nos atraviesa. Así, en mayúsculas, la tarea ciclópea para tiempos de pandemias desatadas y confinamientos generalizados se vuelve una posibilidad de experimentación, reiteradamente barroca y existencial. Muy precisa, además, quizás inevitable. Una brújula a partir de la cual orientarnos en un camino sin garantías ni coartadas. En esta traza de fulgores y ocasos nos encontramos con las escrituras de Alfredo. Microlitos donde la potencia rapsódica y disgregante de una lengua agrietada, se deja habitar por migraciones, obstáculos y encrucijadas. Una lengua hídrica, si se quiere, que al mismo tiempo se compone con una particular obstinación para con el rechazo, sin eludir en ningún momento las contaminaciones, las insidias ni los entreveros del presente. Fran Castignani Apuntes para una psiquiatría destructiva es una colección de textos donde se aúnan los distintos trabajos relacionados con la genealogía de las luchas antipsiquiátricas que, a lo largo de los últimos cinco años, Alfredo Aracil ha ido publicando en distintos medios de España y Argentina. En sus páginas, la obsesión del autor por diseccionar las causas del padecimiento psíquico, a un lado y otro de los muros del manicomio, y su pulsión por visibilizar la dignidad de quienes luchan desde los márgenes. Alfredo Aracil (A Coruña, 1984). El autor se desempeña en los campos de la crítica cultural y la producción artística contemporánea. Ha trabajado en museos coordinando programas públicos y comisariando exposiciones. Actualmente, compagina la curadoría independiente, con la coordinación de grupos de estudios y el trabajo en la editorial argentina Caja Negra. Sus líneas de investigación convergen en la zona de indistinción que existe entre la experimentación radical y la barbarie capitalista y sus formas de explotación planetaria, en la transición del mundo de la disciplina y las instituciones totales a las sociedades de control y el capitalismo de plataformas.
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Enero de Sara Gallardo
Porque los días están amadrinados, llega uno y sabemos el otro viene, y también el otro, y el otro más, y hay que aguantarse (...)
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Enero de Sara Gallardo
Corre atropellando todo, sale a la lluvia, cruza la mañana y los charcos, entra por el monte y las ramas y al llegar al fondo se abraza al tronco de un árbol, se deja caer y se muerde los puños, y gime, la cara contra la corteza de terciopelo húmedo, gime como si ladrara, como si el gemir le despellejara los huesos, como si el alma saliera tal vez por sus gemidos y echara afuera la desgracia. Con los dedos ara el tronco y desprende pedazos de musgo olorosos a lluvia.
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Enero de Sara Gallardo
Su dolor sube como lentos cuchillos por la garganta, que le duele, le duele, como si cada sollozo fuera un pequeño hijo que naciera, y sus gemidos se pierden entre rumores de mugidos y de patas que cambian de posición. Las lágrimas la envuelven en un velo que borra el mundo y moja su cara entera, sus manos, la manga en que oculta su rostro.
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Enero de Sara Gallardo
[...] pero hoy Nefer quiere cavar un pozo en la tierra, aunque fuese con las uñas, aunque sangraran, con los dedos si las uñas se rompían, con los brazos si los dedos se gastaban, y en el pozo profundo enterrar se, cubrir de tierra los ojos cerrados y volverse poco a poco raíz, o pasto, o barro, sin sueños, sola, olvidada del miedo.
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Los galgos, los galgos de Sara Gallardo
"Le di una aspirina y no atiné a mucho más, y pese a mis buenas intenciones debo decir que dormí a pierna suelta"
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Enero de Sara Gallardo
Pero hoy Nefer quiere cavar un pozo en la tierra, aunque fuese con las uñas, aunque sangraran, con los dedos si las uñas se rompían, con los brazos si los dedos se gastaban, y en el pozo profundo enterrarse, cubrir de tierra los ojos cerrados y volverse poco a poco raíz, o pasto, o barro, sin sueños, sola, olvidada del miedo. Porque los días están amadrinados, llega uno y sabemos que el otro viene, y también el otro, y el otro más, y hay que aguantarse, porque el hombre es un pobrecito que no puede levantar el cuchillo y decir: no quiero más días, sin decir: no quiero más hombre, y arreglar tal vez las cosas metiéndose el cuchillo en la barriga. Porque los días son como una tropa sin fin pasando una tranquera.
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La rosa en el viento de Sara Gallardo
La rosa que en el viento se destruye deja volar sus pétalos en una luz quemada. Pocos pétalos podemos recoger de esta historia. Unos volaron, otros se perdieron, otros se alteran en el rincón de una memoria.
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Enero de Sara Gallardo
Piensa que hoy eso que la llena y ahoga golpearía contra las paredes y volvería a ella insoportablemente, y prefiere recostarse en el árbol, parada en la tierra que a partir de sus pies corre sin variaciones hasta el horizonte, y dejar que sus ojos se queden en cada pelo, en cada cambio del lomo del perro que acaricia. Más allá no. No por el parque y las flores, no por la llanura,no por las ventanas de la casa mirando si alguien asoma: nada más que este quedarse en lo inmediato.
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Enero de Sara Gallardo
Y junto con esto, como si el pensamiento hubiera brotado en zona demasiado cercana del otro, una marea angustiosa la inunda con la realidad de su desgracia; la impotencia sube a su garganta, y como si el tiempo se hiciera sólido le parece oírlo, con su corriente impasible confabulada con su propio cuerpo que la traiciona y deja a merced de los días. Aprieta los dientes y siente que de su cara se retira la sangre dejando como olvidada la piel sobre los huesos.
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Enero de Sara Gallardo
¿Qué es el día, qué es el mundo cuando todo tiembla dentro de uno? El cielo se pone oscuro, las casas crecen, se juntan, se tambalean, las voces suben, aumentan, son una sola voz. ¡Basta! ¿Quién grita así? El alma está negra, el alma como campo con tormenta, sin una luz, callada como un muerto bajo la tierra.
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Gregorio Samsa es un ...