El Círculo de Sara B. Elfgren
—Perdona que no haya venido hasta ahora —dice Gustaf—. Estaba pensando que después de todo, la que está ahí enterrada no eres tú… quiero decir que no estás ahí. Pero tampoco te encuentras en otro sitio. Así que aquí me tienes. Y no sé si puedes oírme, pero espero que, de un modo u otro, puedas sentir que estoy aquí, y espero que sepas que pienso en ti todos los días. Te echo de menos. Hablo contigo todas las noches, antes de dormirme. ¿Lo sabes? Le cuesta hablar. Respira entrecortadamente y le caen unas lágrimas por las mejillas. —No sé qué voy a hacer sin ti —continúa—. Estoy totalmente desorientado. Te echo tanto de menos que tengo la impresión de que voy a enfermar. Y no sé si podrás perdonarme algún día. Por favor, tienes que perdonarme. |