La noche en que Frankenstein leyó el Quijote de Santiago Posteguillo
Pero no, Dostoievski no se arredró. Había superado cinco años en un campo de Siberia. Había sido la condena por tener ideas propias, por pensar.
|
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote de Santiago Posteguillo
Pero no, Dostoievski no se arredró. Había superado cinco años en un campo de Siberia. Había sido la condena por tener ideas propias, por pensar.
|