Santiago Gamboa

Era una carta de Toño. La madre la leyó en voz alta a los hijos y al marido. Toño decía que se había ido a cumplir con su deber patriota; que era un soldato del pueblo y que debían sentirse orgullosos; que la nueva Colombia, la de todos, se iba a levantar con el sacrificio de jóvenes como él.
Pero el papá que era muy conservador, se enfureció. Fue a la cocina y sacó la escopeta.
- Qué guerilla ni qué carajos! - gritó-. Me voy a traer a mi hijo.
La mamá lo agarródel brazo.
- Antonio, cálmese, si lo ven con eso por la calle lo llevan preso - le dijo-. Y ni siquiera tiene cartuchos.