La respiración cavernaria de Samanta Schweblin
Volvía a respirar. El alivio fue solo físico. En la oscuridad de sus ojos cerrados entendió que seguía viva, cuando hubiera sido tan buen momento para morir. Tampoco entonces había sucedido. Había llamado a la muerte de muchas maneras pero nada funcionaba. Era evidente que algo de peso se le escapaba y no se le ocurría realmente qué más hacer.
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