Sam Burns

No me puedo creer que me haya gustado tanto como el primer libro... ¡pero así es!

Al comienzo pensé que sería una historia similar, puesto que Graham, como Sawyer, ha huido de su manada (si bien por razones totalmente distintas y baso circunstancias en absoluto parecidas) cuando se encuentra con los afltas de Kismet y siente una conexión ocn ellos.

La verdad sea dicha, similitudes iniciales aparte, ganan las diferencias; empezando por el hecho de que Graham y Ash se conocieran ocho años antes cuando los dos estaban en la manada Martingale. Y si bien al principo la sensación que produce la relación entre ambos es muy parecida a la de Sawyer y Daz, llega un momento en el que deja de serlo.

En esta ocasión nos encontramos con más acción. Al principio la historia se centra en los personajes, especialmente en la pareja principal, pero de pronto la miedra explota y nuestros chicos se ven teniendo que luchar con uñas y dientes para protejerse.

Me ha encantado decubrir más sobre esas manadas tradicionales de las que Sawyer nos habló en el primer libro en las que consideran que los omegas son lo peor de lo peor, y ha sido una maravilla poder ver su funcionamiento desde dentro. La manada Martingale, más que una manada es una secta, o así me lo ha parecido a mí; y el autor hace un trabajo excepcional en describirla y en proyectar la opresión que sienten sus miembros más desfavorecidos.

Con todo, no puedo negar que la relación romántica se siente algo más precipitada. No es que deje una mala sensación, pero igualmente es un hecho justificado por la cantidad de acción y trama secundaria a desarrollar. Mientras que el primer libro se centra más en la parte emocional, aquí la historia empieza a avanzar más allá de nuestros chicos, incluyendo otras manadas y nuevos enemigos... y eso necesita páginas para que sea coherente, páginas que se restan de la relación romántica.

Pero incluso con esto, me han enamorado Graham y Ash. Su historia es una delicia.

Gavin es, posiblemente, el alfa que más me intriga. Y muero por descubrir su historia. Es imposible no querer saber qué le sucedió cuando le mordieron, y el autor va aumentando el misterio hasta que no puedes más con las ganas de desvelarlo. Además, como el próximo romance será con un humano, la historia va a ser totalmente diferente y eso me anima.

¡Me ha gustado mucho más de lo que esperaba!

No he leído muchos libros de este autor, la verdad, solo he leído Poisonwood y fue demasiado corto para mi gusto (muy corto y muy precipitado). Así que esta es mi primera novela del autor propiamente dicha.

Por mi experiencia, hay muchos tipos de romances de cambiaformas, y algunos son malos con ganas (o al menos para mí, claro, para gustos los colores). No puedo negar que cada vez que empiezo una novela de cambiaformas tengo un mix de emociones que van entre la esperanza y el miedo haciendo runrún en mi cabeza. Pero en esta ocasión ganó la esperanza, y eso siempre es de agradecer.

Siendo sinceros, si lo que buscas en un romance de cambiaformas lleno de acción y maga, este libro no es para ti. De hecho, así es como empieza, con Sawyer huyendo y tratando de encontrar un lugar seguro en el que vivir... o, d eno conseguirlo, acabar siendo un esclavo. Los primeros capítulos están llenos de adrenalina y descubrimos EL momento en el que los dos protagonistas se ven por primera vez. Es intenso y muy gustoso de leer, lo cual no puedo decir siempre.

Pero una vez que Sawyer se establece con la manada Kismet el ritmo de la historia cambia y se vuelve más... acogedor. Es más una historia sobre gente perdida tratando de encontrar un lugar alejado de la mano de dios en el que ser felices que una historia de acción. Con todo, conmigo ha funcionado a las mil maravillas.

Me han gustado los perosnajes. Los tres alfas que forman la manada Kismet cuando conocen a Sawyer son interesante y tienen algo especial que hace que quieras saber más de ellos. Y no son los típicos hombres lobo... no solo porque los tres sean alfas (lo cual ya de por sí es extraño), sino también porque dos de ellos han sido recientemente trasnformados y desconcen casi todo sobre la sociedad cambiaformas. Esto le da un girito interesante y poco habitual a la historia que atrapa rápido.

En lo que a la pareja principal se refiere, no sé si me ha gustado más Sawyer o Dez. Tal vez los dos por igual. Sawyer es adorable y encantador, un omega acostumbrado a ser tratado como un estorbo por su condición de omega. Crece mucho como persona una vez recibe el apoyo de su su nueva manada, y los tres alfas hacen todo lo posible por nutrir su autoconfianza que da gusto. Dez, por otro lado, no es físicamente perfecto; fue herido justo antes de la transformación y se ha quedado con secuelas físicas que le producen mucho dolor y que le hacen sentirse inútil a veces... pero no es, en absoluto, débil.

Las cosas entre ambos fluyen con naturalidad y sin demasiado drama, lo cual me vino de perlas porque era justo lo que necesitaba. Su relación es agradable de leer y viene genial cuando quieres algo dulce que te haga sentir bien.

Cuando terminas de leer, no puedes evitar querer saber más. De hecho yo empecé directamente el segundo, protagonizado por Ash. Impaciente como yo sola XD

No os hacéis una idea de la rabia que me da tener que darle solo tres estrellas y media a este, cuando los dos primeros se ganaron el cuatro con creces. Pero no puedo evitar sentirme un poco entre dos aguas con este tercer y último libro...

Miles y Gavin empezaron a salir durante el primer libro, así que hemos visto a los dos juntos durante toda la saga (que solo toma 8 meses de tiempo, así que tampoco es tanto jajaja). Su relación, sin embargo, está algo estancada por el hecho de que Miles es humano y Gavin tiene miedo de revelarle su secreto. Pero por supuesto, las cosas no van como les gustaría y de pronto la relación entre ambos cambia y al mismo tiempo avanza a causa de ciertos acontecimientos que no voy a desvelar porque sería un spoiler aunque al menos yo me lo veía venir XD

Entre medias también tenemos la trama secundria que tiene como eje centrar a un omega de 9 años que ha huido de la manada Martingale tras ser acosado por su condición de omega. El pequeño huye de allí con la esperanza de encontrar refugio en la manda Kismet, pero el camino es largo y para alguien tan pequeño el viaje será duro. Las dos tramas, el romance y la búsqueda del cachorro, se entrelazan haciendo que sea interesante de leer y no aburra en ningún momento. Además, si bien Lyndon no aparece mucho, el poco tiempo que está en pantalla hace que se te derrita el corazón.

Mi problema con este libro ha sido que me ha gustado, pero... pero. No sé cómo explicarlo. Hay algo que falta. La forma en la que se da punto y final a todas las tramas es algo insatisfactoria: el tema del alfa mesías, el problema que tiene Gavin con su lobo y que nos trae loquitos desde el primer libro... incluso el romance parece a medio cocer.

Es evidente que Miles y Gavin están enamorados y hechos el uno para el otro. Pero da la sensación de que falta una conversación entre ambos; las cosas simplemente pasan y es como que el autor nos roba ESA escena que hace que todo cambie y las piezas encajen. Se da por hecho que ESA escena ha sucedido, pero sucede en off lo que... meh. Como digo, insatisfactorio.

Con todo, la saga me ha gustado. Prueba de ello que me la he leído seguidita y sin parar. Me han encantado los personajes y, aunque sea una trilogía, no me importaría leer más libros desarrollados en este universo.

Vale. Esto no era lo que me esperaba. Y estoy confusa. Muy confusa.



le voy a dar un aprobado porque no puedo decir que me haya disgustado... pero tampoco puedo decir que me haya gustado. ¿He dicho ya que estoy confusa? XD



Para empezar, es demasiado corto. Y teniendo en cuenta que es una historia llena de seres sobrenaturales y un universo formado por brujas, cambiaformas, faes, íncubos y monstruos eso solo puede signficiar una cosa: precipitación. No hay tu tía: hay demasiado que explicar en muy pocas páginas para tener un ritmo ideal.



El desarrollo de los personajes es prácticamente inexistente. Caleb y Jason me gustaron más al comienzo que al final. Cuando se ven por primera vez Caleb parece el típico hombre solitario y algo gruñón mientras que Jason parece una cosita triste y doliente que solo busca un abrazo y algo que le reconforte. Pero entonces las cosas se vuelven... raras.



No creo que me equivoque al decir que nadie entenderá la escena con el monstruo oso. ¿A qué venía eso? De verdad que lo pienso y lo pienso y no lo entiendo. No tiene ni pies ni cabeza. No aporta nada a la trama, no ayuda en absoluto a Jason y es... confuso. Sí, lo sé, estoy usando mucho la palabra pero es que es lo que mejor lo define.



Ya de entrada no comprendo por qué la bruja envía a Jason tras la flor sin ningún tipo de explicación. Si lo piesnas con detenimiento no tiene sentido; aceptémoslo como un pretexto que sirve para poner en marcha la historia... ¿por qué desaparecer cuando su hermano la llma? ¿Por qué permitir que vaya tras el monstruo que casi lo mata si no sive para nada? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Hay demasiados por qués para tan pocas páginas. De ahí mi confusión.



Al final con todo lo he disfrutado y creo que podría haber llegado a ser una historia muy buena. Pero no puedo ignorar todas las cosas que faltan o habría que mejorar. Necesitaría saber más de Caleb siendo un medio fae y sobre qué implica eso, necesitaría saber más sobre cómo funcionan los íncubos, y sobre todo necesitaría más tiempo para desarrollar toda la historial.



Es el primer título que leo de ambos autores. Tengo alguno de sus otros títulos (sobre todo de Burns) en mi wishlist, y solo me queda esperar que sean mejores que este.