Una antorcha en las tinieblas de Sabaa Tahir
Los incesantes susurros y gemidos de las celdas que me rodean me horadan el cerebro como gusanos carnívoros. Solo llevo unos minutos en el bloque de interrogatorios, pero no logro apartar las manos de los oídos y empiezo a pensar en arrancármelos de cuajo.
|