El Dragón, Rashomon y Otros Cuentos de Ryunosuke Akutagawa
En ese instante, Kashôji se sintió abrumado por una indescriptible soledad que no había sentido jamás en el pasado: el vasto cielo azul se extendía en silencio sobre él. Los seres humanos no tenían más remedio que seguir con sus míseras vidas bajo ese cielo, zarandeados por los vientos que soplaban desde lo alto. ¡Qué soledad! Y lo más extraño, pensó, es que hasta ahora nunca la había percibido. Kashôji dejó escapar entonces un profundo suspiro…
|