Un día más con vida de Ryszard Kapuscinski
A continuación le pregunté por qué íbamos en un camión tan desvencijado. Al fin y al cabo los portugueses habían dejado un gran número de vehículos estupendos. A lo que Diógenes me respondió que los vehículos de los portugueses eran propiedad de sus dueños portugueses. Que no había dinero para comprárselos, ni siquiera había con quién tratar el asunto porque Sus propietarios estaban en Europa
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