Ruta Sepetys
La blancura de la nieve ocultaba la oscura realidad. Un mantel blanco y bien planchado sobre una mesa cubierta de rayones, una sábana limpia y almidonada sobre un colchón lleno de manchas. La naturaleza. Eso era algo que la guerra tampoco me podía arrebatar. Los nazis no podían detener el viento y la nieve. Los rusos no podían llevarse el sol ni las estrellas.
|