BALÚN - CANÁN de Rosario Castellanos
Soy una niña y tengo siete años. Los cinco dedos de la mano derecha y dos de la izquierda. Y cuando me yergo puedo mirar de frente las rodillas de mi padre. Más arriba no. Me igamido que sigue creciendo como un gran árbol y que en su rama más alta está agazapado un tigre diminuto. Mi madre es diferente. Sobre su pelo —tan negro, tan espeso, tan crespo— pasan los pájaro y les gusta y se quedan. Me lo imagino y nada más. Nunca lo he visto. Miro lo que está a mi nivel. Ciertos arbustos con las hojas carcomidas por los insectos; los pupitres manchados de tinta; mi hermano. Y a mi hermano lo miro de arriba abajo. Porque nació después de mí y, cuando nació, yo ya sabía muchas cosas que ahora le explico minuciosamente. Por ejemplo esta: Colón descubrió América. Mario se queda viéndome como si el mérito no me correspondiera y alza los hombres con gesto de indiferencia. La rabia me sofoca. Una vez cae sobre mí todo el peso de la injusticia. |